La primavera es una estación de cambios. Comienzan los días más largos, las temperaturas poco a poco van subiendo y la naturaleza florece con todo su esplendor. Muchas personas esperan con los brazos abiertos esta época del año ya que significa decir adiós al frío invernal y dar la bienvenida a los días más soleados, perfectos para disfrutar en el exterior. Para ellos, la llegada de la primavera significa euforia, alegría y vitalidad.
En cambio, para otros, esta transición puede traer consigo una serie de afecciones que afectan su bienestar. Un claro ejemplo es la astenia primaveral debido a los cambios en la exposición a la luz solar y en los patrones de sueño.
Desde Farmacia Moreno Murillo te contamos cómo la primavera puede impactar en nuestra salud, qué afecciones son las más comunes y cómo podemos combatir sus síntomas.
Afecciones más comunes en primavera
Astenia primaveral
Uno de los trastornos más comunes al inicio de la primavera es la astenia primaveral, una sensación de fatiga y falta de energía. Sus causas pueden estar relacionadas con el cambio de hora, el aumento de la temperatura y la exposición a una mayor cantidad de luz solar. Normalmente, suele durar entre 3-7 días, tiempo que necesita el organismo para adaptarse a todos estos cambios.
Entre sus síntomas, sensación de cansancio constante, falta de concentración, irritabilidad y somnolencia diurna.
Para combatirla, te recomendamos: mantener una rutina de sueño estable, llevar una dieta equilibrada y rica en vitaminas, realizar ejercicio físico moderado y mantenerse hidratado.
Alergias
La llegada de la primavera supone un aumento en la concentración de polen en el ambiente, lo que provoca alergias estacionales en muchas personas.
Entre los síntomas más comunes, está la congestión nasal, estornudos, picor en ojos y garganta o lagrimeo. La rinitis alérgica es una de las afecciones más frecuentes durante esta época.
¿Cómo reducir los efectos? Evita salir en las horas de mayor concentración de polen, Mantén las ventanas cerradas en casa y en el coche, utilizar gafas de sol y mascarilla en el exterior, y consultar con tu médico o alergólogo sobre el uso de antihistamínicos.
Afecciones cutáneas
El aumento de la exposición al sol y la mayor sudoración pueden provocar alteraciones en la piel como sequedad, irritaciones o brotes de acné.
Te recomendamos: usar el protector solar diariamente, hidratar la piel con cremas adecuadas, evitar la exposición prolongada al sol y mantener una higiene facial adecuada.
Resfriados
Los cambios bruscos de temperatura entre el día y la noche pueden debilitar nuestro sistema inmunológico, facilitando la aparición de resfriados.
Para prevenirlos, recuerda vestirte a capas. Por ejemplo, camiseta de manga corta, sudadera y chaqueta. De esta forma, podrás adaptarte a los cambios de temperatura. Además, debes mantener una alimentación rica en vitamina C, lavarte las manos con frecuencia y evitar el contacto con personas enfermas.
Infecciones gastrointestinales
El aumento de la temperatura favorece la proliferación de bacterias en los alimentos y el agua, lo que puede generar infecciones gastrointestinales (diarrea, vómitos, dolor abdominal…).
Para prevenir este problema, recuerda lavar bien la fruta y la verdura antes de consumirlas, conservar los alimentos a temperaturas adecuadas, evitar consumir agua o alimentos en mal estado, y mantener una buena higiene de manos.
¡Cuida de tu salud y la de tu familia esta primavera! Tomando medidas preventivas, podemos disfrutar de esta estación al máximo sin comprometer nuestro bienestar