Con la llegada del frío comienzan a aparecer los resfriados y otros procesos catarrales, pero hay enfermedades que conllevan mayor preocupación como son las bronquitis. En la entrada de hoy rescatamos un artículo muy interesante que «Lucía, mi pediatra» introduce en su blog:

Una vez más aquí estoy con el espacio semanal dedicado a la pediatría en Saber Vivir. Hoy hemos hablado de un tema muy importante y que cada invierno nos mantiene en alerta a todos los pediatras de este país, las bronquiolitis.

¿Y qué me preguntaron hoy? Hoy con una invitada especial que se portó de maravilla. Ahí va…

¿Qué diferencia hay entre una bronquitis y una bronquiolitis?

Llamamos bronquiolitis al primer episodio de infección respiratoria de vías bajas de origen vírico que afecta a la vía aérea pequeña, a los bronquiolos, en niños menores de dos años.

En los adultos no deja de ser un resfriado común sin mayor repercusión, pero en los niños pequeños el virus no se aloja únicamente en nariz y garganta; sino que llega hasta los bronquios y bronquiolos provocando una inflamación y obstrucción con el consiguiente cuadro de tos y dificultad respiratoria.

Las paredes del bronquio se inflaman, se llenan de moco y no se consigue hacer un adecuado intercambio gaseoso por lo que algunos niños, precisarán de oxígeno para recuperarse.

Las bronquiolitis se concentran en una época del año concreta, que es justamente esta: de noviembre a febrero y que suponen hasta el 70% de las hospitalizaciones en lactantes durante el invierno.

Los bebés que hayan tenido una bronquiolitis tienen entre un 40-50% de padecer otro proceso similar en los siguientes años. En general los siguientes episodios que sufran los denominaremos bronquitis o cuadros de hiperreactividad bronquial.

¿Qué edades son más propensas a las bronquitis/bronquiolitis?

Menores de 2 años con un pico máximo entre los 2 y los 6 meses.

Cada invierno un 33% de los lactantes tendrá una bronquiolitis.

Es especialmente peligroso en:

Otros factores de riesgo para padecerlas son: asistencia a guardería, tener hermanos mayores, sexo masculino, tabaquismo pasivo y exposición al tabaco durante la gestación.

Si mi hijo lleva varios días acatarrado ¿Puede estar empezando con una bronquitis? ¿Cuáles son los signos de alarma?

No tiene por qué estar empezando con una bronquiolitis o con una bronquitis, de hecho los catarros duran una media de 10-14 días. Lo que sí es importante explicar a los padres en esta época del año cuáles son los signos de alarma por los que deben consultar con el pediatra, que son:

Atención especial merecen los lactantes menores de 2 meses, sobre todo aquellos que no han cumplido el mes de vida. Estos niños empiezan con síntomas leves de catarro de vías altas (un poco de moco y algún estornudo) y directamente, si el catarro evoluciona a una bronquiolitis, pueden comenzar a hacer apneas (pausas respiratorias) sin apenas toser. A estas edades es preciso ingresarles para su monitorización y vigilancia estrecha.

¿Qué hago para que los mocos no bajen al pecho?

Los mocos no bajan al pecho. Lo que baja al pecho es el virus que en lugar de quedarse quietecito en la nariz como sucede en los adultos, desciende a los bronquios y bronquiolos y como consecuencia de la reacción inflamatoria que se produce, se genera moco. Pues bien, ¿podemos evitar que la sangre llegue al río? Desgraciadamente no hay fármacos que eviten que evolucione a una bronquiolitis, no los hay. Así que no te gastes el dinero. En lo que sí debemos insistir en consulta es en:

Una vez haya cogido el virus, las pautas a seguir son sencillas y baratas:

¿Es aconsejable el humidificador para purificar el aire?

No. Lo de purificar el aire suena de maravilla pero no estamos en Chernóbil… Los humidificadores en las laringitis podrían tener su utilidad, pero en las bronquiolitis, bronquitis y asmáticos se deben usar con precaución en caso de usarlos porque en ocasiones los síntomas empeoran.

Y lo más importante de todo: la mejor manera de evitar una bronquiolitis es la prevención. Un simple resfriado común en un niño mayor o en un adulto, puede significar una bronbquiolitis en un lactante costándole un ingreso hospitalario. Si estás acatarrado, moqueas o estornudas: no toques a niños pequeños, por favor. No hagas visitas a casas de recién nacidos, por favor. Lávate las manos con frecuencia y educa a tus hijos a que hagan lo mismo. Protejamos a los más pequeños entre todos.

Dra. Lucía Galán Bertrand. Pediatra y escritora.