La osteoporosis es una enfermedad por la que los huesos se vuelven más porosos y frágiles, aumentando el riesgo de sufrir fracturas. Estilo de vida es determinante en su prevención. Tanto a nivel internacional como nacional existen entidades que trabajan para mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
La pérdida de densidad ósea ocurre de un modo paulatino y sin signos aparentes. Muchas veces no hay ningún tipo de síntomas hasta la aparición de la primera fractura. Pos eso se le ha venido a llamar “la epidemia silenciosa”.
Las fracturas asociadas a la osteoporosis suelen ser de cadera, muñeca y vértebras. La compresión sufrida por las fracturas vertebrales pueden producir dolor intenso y, gradualmente, pérdida de movimientos e incapacidad para llevar a cabo tareas cotidianas. Este tipo de fracturas pueden provocar pérdida de peso y, en los casos más graves, la columna vertebral sufre desvíos y encorvamiento.
Los huesos son materia viva y dinámica. Conforme avanza la vida, el tejido óseo es reemplazado con tejidos nuevos. El momento crítico de la construcción de los huesos está en la infancia y la adolescencia, cuando los huesos crecen y llega tejido nuevo en mayor cantidad que el tejido repuesto; los huesos se hacen mayores y más densos. A los 25 años se alcanza el mayor pico de masa ósea. Este pico queda determinado en cada persona por variables genéticas y por otras más controlables, como son una nutrición correcta, el ejercicio físico y la aparición (o no) de enfermedades.
A partir de los 40 años decrece la masa ósea, una vez que el cuerpo humano no es capaz de reponer tejido a la misma velocidad con que se pierde. En las mujeres este proceso se incrementa tras la menopausia, cuando se frena la producción de estrógenos y los huesos no cuentan con esta importante protección natural. Por esta razón, las mujeres son más proclives a sufrir la enfermedad.
En esta etapa es fundamental la prevención para frenar el desgaste óseo y reducir el riesgo de padecer osteoporosis. Algunas medidas aseguran la salud ósea, como hacer ejercicio físico, contar con una buena alimentación rica en calcio y mantener la producción de vitamina D en el cuerpo.
El tratamiento de la osteoporosis a parte de una dieta adecuada, ejercicio físico y un estilo de vida saludable es el uso de medicamentos que suelen actuar de modo rápido en el cuerpo manteniendo el nivel de densidad ósea. El calcio y la vitamina D ayudan a que el resto de tratamientos alcancen su máxima efectividad. Además no sólo ayudan a prevenir la osteoporosis, sino que mantienen la densidad ósea y la función muscular.
La exposición al sol controlada favorece la producción de vitamina D a partir de colesterol, por esto es necesario no cubrirse demasiado en invierno.
Las dietas ricas en proteínas, la cafeína y el tabaco perjudican la recuperación ósea.