Las pacientes con cáncer de mama deben extremar el cuidado de sus pies ya que el tratamiento con quimioterapia puede repercutir en la salud de esta zona del cuerpo.
La revista Cancer Management and Research publicó en el año 2017 un estudio dirigido por la Universidad de Extremadura en el que se destacaba la necesidad de prestar atención al cuidado de los pies de las personas con cáncer de mama.
Este estudio reveló que el 94% de las participantes informaron de que tenían problemas en los pies desde que comenzaron la quimioterapia.
Las alteraciones más frecuentes fueron anomalías en las uñas (46%), dolor generalizado (36%), grietas y sequedad (20%), parestesia (sensibilidad, hormigueo) (19%), inflamación (10%), varices (8%), dedos deformados (7%), helomas (callos) e hiperqueratosis (durezas) (4%). Algunas pacientes sufrieron más de una de estas alteraciones al mismo tiempo.
Por ello, el cuidado adecuado de los pies puede ser extremadamente importante para prevenir la aparición y desarrollo de lesiones, dolor, infecciones o deformidades durante todo el proceso de quimioterapia.
La quimioterapia y el síndrome mano-pie
Al margen de este estudio y relacionado con la quimioterapia, es importante dar a conocer también qué es el síndrome mano-pie o eritrodisestesia palmoplantar y dar pautas para su prevención. Es un efecto secundario de algunos tipos de quimioterapia. Los fármacos que se emplean afectan al crecimiento de los capilares y de la piel de las manos y de los pies y dañan los tejidos circundantes, por lo que pueden causar los síntomas de este síndrome: desde un simple enrojecimiento hasta hinchazón, problemas ungueales (por ejemplo, onicocriptosis o uñas que se clavan), descamación, dolor y dificultad para caminar.
En algunos casos es necesaria la reducción o suspensión del tratamiento quimioterápico para poder paliar las molestias ocasionadas por este efecto secundario. La labor del profesional de la podología es fundamental para tratar y paliar los efectos de este síndrome pudiendo conseguir retrasar la suspensión de la quimioterapia.
Consejos para prevenir el síndrome mano-pie
Antes de comenzar el tratamiento debe efectuarse un examen que preste especial atención a las manos y a los pies para identificar factores predisponentes, como hiperqueratosis, eccema o enfermedad fúngica. Cualquier factor de riesgo debe tratarse, idealmente, antes de comenzar la terapia; por eso es importante acudir a la clínica podológica antes de comenzar el tratamiento quimioterápico.
Otros consejos que hay que tener en cuenta son:
- Usar abundante humectante sin alcohol, pero evitar la fricción en la piel durante la aplicación.
- Evitar el agua caliente (por ejemplo, baños y duchas calientes), porque el calor puede exacerbar los síntomas.
- Evitar el calzado apretado.
- Evitar ejercicios o actividades vigorosas (como levantar objetos pesados o caminatas largas), especialmente durante el primer mes, para reducir el riesgo de ampollas.
- Usar calcetines de algodón para evitar lesiones y mantener las plantas de los pies secas.
Algunos pacientes necesitarán tratamiento con plantillas o férulas digitales protectoras a medida, prescritas por profesionales de la podología, para reducir las zonas con presiones y roces excesivos.
Fuente Cuídate Plus