
Con la primera ola de calor ya presente, es recomendable seguir una serie de consejos para combatir las asfixiantes noches de verano, y así poder dormir bien para que nuestro cuerpo pueda descansar.
En verano, entre los cambios de rutina y el calor, son muchas las personas que experimentan trastornos del sueño o cuyo descanso se ve mermado. Los especialistas aconsejan refrescar la habitación una hora antes de acostarse para, en la medida de lo posible, no dormir con el aire acondicionado o el ventilador y así no dañar las mucosas. ¿Qué acciones pueden ayudarnos a mantener una buena temperatura en el interior?
Durante el día
- Baja las persianas en las horas de más calor e incluso pon toallas en las rendijas y huecos que den a la calle para evitar la entrada de calor en casa.
- Utiliza el aire acondicionado de forma responsable, poniéndolo de vez en cuando y una hora antes en el dormitorio, y recuerda apagarlo antes de acostarte.
- Si sueles hacer ejercicio, es recomendable no realizar actividades de alta intensidad, y siempre entre 3 y 4 horas antes de ir a dormir. Es mejor que no coincida con las horas centrales del día por las altas temperaturas y, en personas con dificultad para la conciliación (inicio de sueño), se aconseja que se haga a primera hora de la mañana, con exposición a la luz solar, lo que favorece la terapia lumínica, es decir, se regula la producción y ritmo de melatotina endógena ayudando a regular el ciclo sueño-vigilia.
- Aligera la ropa de cama usando sábanas de algodón. Si tu colchón tiene un lado para cada época del año, comprueba que este esté en la posición “verano”.
- Toma algo ligero para cenar, incluyendo alimentos con alto contenido de agua, como frutas, verduras, etc. Y consume mucha agua durante el día, ya que esta ayudará al cuerpo a desprenderse del calor.
A la hora de ir a dormir
Si los consejos anteriores no resultan ser suficientes, aquí van unos últimos trucos para poder descansar correctamente:
- Antes de meterte en la cama puedes darte una ducha de agua tibia, nunca fría porque conseguirías el efecto contrario, el agua fría hace de vasodilatador y el cuerpo reaccionará aumentando la temperatura. Mucho mejor a una temperatura superior a los 20 grados. También puedes cambiarla aplicando gasas con agua templada en zonas como la frente, nuca, pies o la parte posterior de la rodilla.
- Utiliza pijamas de algodón, ligeros y que absorban la sudoración.
- Pon una bolsa de agua –sí, la misma que usas en invierno- pero con agua fría bajo la almohada.
- En la medida de lo posible, duerme de lado, ya que así tendrás menos roce con la cama, lo cual aportará mayor sensación de frescor (y evitarás los ronquidos).
- Mantén los aparatos electrónicos apagados ya que estos pueden retrasar o dificultar la conciliación del sueño: produce activación neuronal y además emiten longitud de onda azul que inhibe la producción endógena de melatotina.
Para terminar, dos puntos fundamentales que deben tenerse en cuenta siempre, sea verano o invierno:
Recordar que el sueño es un ritmo biológico y, como tal, es diferente para cada persona. No todos necesitamos dormir la misma cantidad de horas ni durante el mismo periodo. Hay personas “Alondra” que necesitan acostarse temprano y se levantan temprano y personas “Búho” que necesitan justo lo contrario.
Existen multitud de patrones de sueño y cada persona necesita adaptar el suyo a las necesidades de vida diaria. Conocer y entender nuestra necesidad real de sueño nos ayudará siempre a dormir mejor y/o adoptar medidas adecuadas.
Si los trastornos del sueño se prolongan en el tiempo es recomendable consultar a un especialista.
Fuente http://www.blogdeasisa.es/salud/dormir-bien-altas-temperaturas/Asisa