La dermatitis atópica, una enfermedad crónica de la piel, alterna entre fases de exacerbación -brotes- y fases de calma. Si tu pequeño tiene eccema, te harás la siguiente pregunta: ¿se pueden evitar las recaídas y alargar los periodos de calma?

La respuesta es sí, si sigues un sencillo plan de acción: tratamientos adecuados a diario y entorno favorable.

¿Qué ocurre durante un brote de eccema?

Un brote de eccema siempre se manifiesta de la misma manera: primero aparecen pequeñas placas rojas que pican. El enrojecimiento hace que la piel se levante ligeramente y se vuelva áspera. Pueden aparecer pequeñas ampollas apenas visibles.

Al estallar la ampolla, sale un líquido translúcido, el pus. Después se forma una costra que, con los cuidados adecuados, se cae sola.

Cuida su piel a diario y evita esta reacción inflamatoria

¿Cuál es el mejor remedio? Los emolientes

Los emolientes son mano de santo. Especialmente formulados para las pieles con tendencia atópica, los emolientes previenen, reparan y calman los brotes de eccema. Con el tiempo, la piel se hace más impermeable, impidiendo la entrada de alérgenos.

Los emolientes también calman la piel al aliviar el enrojecimiento y el picor.

Si desde el nacimiento le aplicas los cuidados adecuados, reducirás el riesgo de que desarrolle síntomas de dermatitis atópica.

Para el cuerpecito, puedes elegir un bálsamo de textura untuosa o una crema más ligera. Y para la carita, una crema facial también es un buen complemento.

Establece una rutina una o dos veces al día

Puedes crear una rutina especial, una o dos veces al día para aplicar el tratamiento emoliente: por la tarde después del baño, por la mañana antes de vestirlo o las dos veces. Aplícaselo las veces que sea necesario, tanto si tiene un brote como si no.

Crea un entorno favorable para tu hijo

Todavía puedes hacer más cosas para mantener a raya los brotes. En casa, sigue estos consejos:

Elige la ropa adecuada para tu bebé:

Por último, para la limpieza, el baño o la ducha, los expertos recomiendan utilizar productos suaves, sin perfume e hidratantes, especialmente formulados para bebés y niños con piel frágil. Gel o aceite: tú eliges También viene genial un champú de espuma, muy suave y de aclarado fácil.

Fuente Mustela