¿Qué son los piojos?

Los piojos son insectos pequeños, de menos de 4mm, de color parduzco y con forma alargada y plana, que viven en el cabello de las personas. Tienen tres pares de patas que les sirven para agarrarse a la base del cabello y moverse de un pelo a otro.

¿Qué es la pediculosis?

La pediculosis es una infestación en el pelo producida por piojos que puede afectar a cualquier persona, si bien su contagio es más frecuente en niños y niñas de entre 4 y 12 años. Según el Ministerio de Sanidad, entre un 4,9% y un 14% de los niños en edad escolar ha sufrido este problema alguna vez.

A pesar de que la pediculosis no genera trastornos graves para la salud ni es foco de enfermedades, la saliva que los piojos introducen en el cuero cabelludo al morderlo para alimentarse provoca un incómodo picor o prurito. Además, rascarse la cabeza puede irritar la zona, produciendo una pequeña infección bacteriana que aumenta el malestar.

¿Cómo se transmiten los piojos?

Los piojos se transmiten por contacto directo con el pelo de otra persona infectada. Los piojos no vuelan ni saltan, pero se desplazan con gran rapidez y agilidad por el pelo. Aunque es menos probable, el contagio también puede aparecer por contacto con objetos contaminados con piojos vivos como son peines, horquillas, bufandas, gorras, almohadas….

Falsos mitos acerca de los piojos

¿Cómo se detectan los piojos?

El síntoma típico es el picor del cuero cabelludo. Ante la aparición este síntoma, o bien porque hemos recibido una carta informativa del colegio (tienen obligación de informar a los padres de que en la clase hay epidemia), o porque sabemos que alguien del entorno está infestado, es muy importante que todos los padres examinen el pelo de sus hijos. Para ello, se llevarán a cabo los siguientes pasos:

Las liendres o huevos de piojo son blanquecinos, ovalados y de 1 mm. de tamaño. Se adhieren a la raíz del pelo con una especie de cemento muy fuerte que hace complicado el desprenderlas del cuero cabelludo. Además, es fácil confundirlas con caspa, pelusas o con otros problemas capilares como dermatitis, por lo que es necesario prestar especial atención.

Los piojos hembras ponen sus huevos o liendres principalmente en la nuca, y detrás de las orejas, puesto que son las zonas más calientes y esto favorece la incubación, que dura 7 días. Ponen unos 7 huevos al día y viven unos 30 días. Esta cifra nos indica el alto potencial de propagación que tienen (unos 300 huevos en su ciclo de vida).

Si nuestro hijo no se ha infestado, sigue siendo recomendable revisarle la cabeza una vez a la semana peinándole con una lendrera. Así mismo, si se conocen casos en el entorno, podemos recurrir a un repelente de piojos para evitar que se contagie.

¿Y cómo se tratan?

Si se confirma que el niño tiene piojos vivos en su cabeza, debemos tratarlo con un tratamiento pediculicida. Estos tratamientos no deben utilizarse como repelentes o preventivos, sólo deben usarse si la cabeza está infestada, ya que de lo contrario podrían generarse resistencias. Para aplicar el tratamiento pediculicida:

Después de haber seguido un tratamiento pediculicida, es conveniente revisar la cabeza del niño a los siete días: si reaparecen piojos vivos, indica que no acabamos con las liendres y que han eclosionado. Por este motivo, siempre se recomienda realizar una segunda aplicación del tratamiento una semana después.

Además, para evitar el contagio en la familia, debemos seguir una serie de recomendaciones:

¿Y si sigue habiendo piojos?

Si tras aplicar correctamente el tratamiento (siguiendo todas las indicaciones del fabricante), continúa habiendo piojos, pueden haber ocurrido dos cosas: o bien el niño se ha vuelto a contagiar de otro niño que no estaba desparasitado; o bien los piojos se han hecho resistentes a los tratamientos pediculicidas.

Para evitar este último caso, es muy importante fijarse en que el tratamiento que apliquemos, además de matar piojos (con, por ejemplo, permetrina), evite resistencias (con el butóxido de piperonilo).

Si llegase a darse esta situación de resistencia, hay que consultar con el médico o farmacéutico sobre tratamientos alternativos.

10 pasos para ganar la batalla a los piojos

  1. Ante los primeros indicios, revisa.
    Si sabes de casos recientes en tu entorno, revisa el pelo con la lendrera, especialmente por la nuca o tras las orejas, ya que son las zonas más cálidas en las que suelen ubicarse las liendres. Para facilitar el proceso, coloca un paño blanco sobre los hombros para asegurarte de que vemos los piojos cuando caen tras arrastrarlos del pelo.
  2. Elige el mejor tratamiento.
    Si confirmas que hay piojos, acude a la farmacia para hacerte con un tratamiento pediculicida. En cambio, si no vemos piojos pero existe riesgo, hay que aplicar un repelente para prevenir.
  3. Aplica los pediculicidas correctamente
    Siempre aplica el producto siguiendo las recomendaciones del fabricante y, después, lava la cabeza con el champú habitual y aclara. No olvides realizar este tratamiento a todos los afectados a la vez, para evitar la reinfestación.
  4. No utilices secadores.
    Es importante secar el pelo al aire libre, nunca con secador, ya que el calor inactiva el efecto insecticida residual del producto y este pierde eficacia.
  5. Peina y retira.
    Tras aplicar el pediculicida, ese mismo día y los posteriores, peina el cabello con una lendrera para retirar los piojos muertos y las liendres.
  6. Comprueba a toda la familia.
    Si otros miembros de la casa se han contagiado, hay que aplicarles el tratamiento.
  7. Lava la ropa y limpia la casa.
    Los peines o cepillos deben ser lavados con pediculicidas o hervidos en agua; habrá que lavar la ropa de los afectados, aspirar muebles y sofás, y aislar los objetos que no puedan lavarse en una bolsa cerrada durante varios días.
  8. Avisa en el colegio.
    Una advertencia a tiempo puede evitar que otros niños se infesten y el ciclo vuelva a comenzar.
  9. Haz una segunda revisión.
    El ciclo de eclosión de las liendres dura siete días. Transcurrido ese tiempo, revisaremos de nuevo el cuero cabelludo con la lendrera, para comprobar que no haya piojos vivos, y repetir el tratamiento, porque las liendres pueden persistir, ya que se adhieren al pelo pese a no existir piojos vivos.
  10. Prevé un nuevo contagio.
    Para evitar que los piojos vuelvan a aparecer, existen productos repelentes específicos que nos ayudarán a sortear un nuevo ataque.

Fuente CinfaSalud